¿Por qué es necesaria la eliminación de los colegios concertados?

A mi humilde parecer, las razones por las que creo que no deberían existir las escuelas concertadas son:

• Vivimos en un estado aconfesional y desde las arcas públicas no se debe mantener ninguna escuela que imponga en su educación ninguna religión determinada.
• En las escuelas concertadas, se “camuflan” entre las cuotas mensuales por alumno, donaciones con la falsa denominación de “voluntarias” , las cuales no deberían ser impuestas y que en caso de no ser abonadas producen el aislamiento del alumno.
• El dinero que el Estado destina a las escuelas concertadas, lo resta de los presupuestos de las escuelas públicas.
• En algunas escuelas concertadas, es obligatorio segregar por sexos.
• Para mantener un plano de igualdad de la educación que se imparte en todo el Estado, es decir, que todos tengan las mismas oportunidades.
• Para evitar la congregación de extranjeros en las escuelas públicas y de esta manera con la diversificación de estos alumnos, que necesitan de unos recursos especiales (el primer año), se gana en conocimiento de terceras culturas que ellos aportan y directamente se les ayuda en su integración total. En muchos colegios públicos, a pesar de estar saturados de alumnos, se amplía la ratio con alumnos extranjeros, mientras que en la misma población hay concertados que incluso no cubren las plazas obligatorias destinadas a estos alumnos.

En conclusión, la no existencia de las escuelas concertadas, se fundamenta en la idea de que aquellas personas que decidan educar a sus hijos en escuelas privadas, por lo tanto, fuera del ámbito de la educación pública, deberían asumir el coste económico total, que de ello deriva y por tanto las consecuencias asociadas. 

Por otro lado, la existencia de ese tipo de escuelas en el contexto actual, perjudica a la educación pública al detraer recursos económicos técnicos y humanos que dañan seriamente al desarrollo y a la calidad de la educación pública. Todo esto, no se tiene en cuenta cuandos se realizan evaluaciones generales de estudiantes en las que se “olvidan” de las ratios en las escuelas públicas o la falta de profesorado, pues siempre se sobrevalora en relación a esos resultados, la calidad de la educación privada sobre la pública. A todo ello se suman episodios despreciables en los que colegios concertados “invitan” a estudiantes que no llegan a asumir el nivel exigido a abandonar esos colegios con la finalidad que estos no bajen la nota general y por tanto de “éxito” del conjunto de la escuela, y por tanto su “imagen”.