martes, 18 de mayo de 2010

Retomemos la deflación...

En la pasada clase, vimos de pasada qué era la deflación: una bajada generalizada de precios en una economía.
Y se planteó la siguiente cuestión: Si bajan los precios de todo... está bien para nosotros... pero... ¿por qué no es buena la deflación? Y justo aquí, en el blog, estaba la solución. Pero la matizaremos un poco más.

"El problema no es la deflación en sí, sino una espiral deflacionaria… Si los precios bajan tanto que las empresas pierden dinero vendiendo sus productos, o bien reducen plantilla, o bien reducen costes laborales", es decir: nosotros en un principio nos beneficiariamos, todo más barato, sí, pero llegará un momento (que llegará) en que los precios de los productos serán más bajos que los de su coste de producción, cosa que no beneficia ni a la empresa, ni sus proveedores, y mucho menos a sus empleados.

¿Pero por qué pasa esto? "Puede pasar porque han comprado sus materias primas cuando los precios eran mayores, o que puede que compren materias primas cuyo precio aumenta en lugar de disminuir", y lo que al principio se convierte en una subida de precios, acaba bajando en función de su demanda. "Si aumenta el paro o se reducen los salarios, se contrae el consumo, lo que empuja los precios a la baja y empuja a las empresas a reducir más los sueldos o echar a más gente, y volvemos otra vez al mismo punto", un punto en el que nos encontramos con la caída descontrolada de los precios.

"Los únicos que se benefician de esta situación son los que tienen liquidez, ya que su dinero vale cada vez más. Y aquellos cuyo puesto de trabajo no peligran de ningún modo, por mucho paro que haya", pero este número de personas es relativamente reducido. "Los bancos en principio, dejarían de pagar intereses, pero, por otro lado, no hay que olvidar que el valor del dinero depende de lo escaso que sea. Si los que poseen el dinero se lo quedan porque les es más rentable conservarlo que prestarlo a los bancos (especialmente si los bancos les cobran comisiones por simplemente tenerlo) entonces el dinero se podría hacer más escaso y los bancos ofrecerían intereses por él, lo cual haría aún más atractivo meter el dinero en el banco, especialmente si los bancos, además, eliminan las comisiones para atraer capital", este reducido número de personas, sí que se beneficiaría de la deflación, y posiblemente bastante. Quizás sea eso más sensato que dejar todo su dinero en una época así en su casa.

De todas formas "Una deflación moderada, [...] seguramente sería buena para la economía española. Si además esta deflación es consecuencia de la reducción de los precios internacionales de bienes o servicios de los que España sea importadora neta (por ejemplo petróleo, gas natural, maíz o soja) o proviene de la bajada de los impuestos y tasas (especialmente si son autonómicos o municipales y las bajadas van acompañadas de una reducción del despilfarro de esas administraciones) o se derivan de una caída de los márgenes de aquellos bienes y servicios que han registrado un alza desmesurada (vivienda, comisiones bancarias, bienes y servicios de escasa cuantía unitaria que han hecho el cambio cien pesetas igual, poco más o menos, a un euro, siempre que los nuevos márgenes reducidos permitan obtener un beneficio razonable, pero sólo razonable, no desmesurado, a los operadores económicos eficientes) la deflación sólo puede ser buena", (creo que todo esto está bastante claro y ejemplificado ya).

"Por el contrario, sería mala la deflación que fuera acompañada de unos tipos de interés muy bajos y de dificultades para la obtención de créditos (para usos razonables de personas o empresas que razonablemente puedan pagar los créditos) porque esa situación desincentivaría tanto la inversión en proyectos productivos como el ahorro, y no permitiría el desarrollo equilibrado de la actividad económica", y para evitar esto, se pone en marcha la política fiscal expansiva, y las políticas deflacionistas, que privilegia los gastos publicos y así el dinero en circulacion es controlado, lo que permite que este no se desvalorice, aunque provoque desempleo.


En mi opinión, y respecto a lo visto en el tema, creo que ni la inflación ni la deflación son aconsejables en casos extremos. Hay que conseguir con las políticas establecidas, un control de precios medio, y mantener la estabilidad del país.

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