miércoles, 22 de abril de 2009

Efectos de la deflación

El problema no es la deflación en sí sino una espiral deflacionaria… Si los precios bajan tanto que las empresas pierden dinero vendiendo sus productos, o bien reducen plantilla, o bien reducen costes laborales.
Esto puede pasar porque han comprado sus materias primas cuando los precios eran mayores, o que puede que compren materias primas cuyo precio aumenta en lugar de disminuir. Si aumenta el paro o se reducen los salarios, se contrae el consumo, lo que empuja los precios a la baja y empuja a las empresas a reducir más los sueldos o echar a más gente, y volvemos otra vez al mismo punto. Los únicos que se benefician de esta situación son los que tienen liquidez, ya que su dinero vale cada vez más. Y aquellos cuyo puesto de trabajo no peligran de ningún modo, por mucho paro que haya. Lo que harían los bancos ... en principio, dejarían de pagar intereses, pero, por otro lado, no hay que olvidar que el valor del dinero depende de lo escaso que sea. Si los que poseen el dinero se lo quedan porque les es más rentable conservarlo que prestarlo a los bancos (especialmente si los bancos les cobran comisiones por simplemente tenerlo) entonces el dinero se podría hacer más escaso y los bancos ofrecerían intereses por él, lo cual haría aún más atractivo meter el dinero en el banco, especialmente si los bancos, además, eliminan las comisiones para atraer capital.
Una deflación moderada, que no se alejara más de uno o dos puntos porcentuales al año de la inflación de la zona euro seguramente sería buena para la economía española. Si además esta deflación es consecuencia de la reducción de los precios internacionales de bienes o servicios de los que España sea importadora neta (por ejemplo petróleo, gas natural, maíz o soja) o proviene de la bajada de los impuestos y tasas (especialmente si son autonómicos o municipales y las bajadas van acompañadas de una reducción del despilfarro de esas administraciones) o se derivan de una caída de los márgenes de aquellos bienes y servicios que han registrado un alza desmesurada (vivienda, comisiones bancarias, bienes y servicios de escasa cuantía unitaria que han hecho el cambio cien pesetas igual, poco más o menos, a un euro, siempre que los nuevos márgenes reducidos permitan obtener un beneficio razonable, pero sólo razonable, no desmesurado, a los operadores económicos eficientes) la deflación sólo puede ser buena. Por el contrario, sería mala la deflación que fuera acompañada de unos tipos de interés muy bajos y de dificultades para la obtención de créditos (para usos razonables de personas o empresas que razonablemente puedan pagar los créditos) porque esa situación desincentivaría tanto la inversión en proyectos productivos como el ahorro, y no permitiría el desarrollo equilibrado de la actividad económica.

1 comentario:

Paola Zarza dijo...

¿Ahora la deflación es moderada?si lo es, ¿llegará a no serlo?